Los Impuestos son
instrumentos de política fiscal utilizados en todos los países básicamente con
dos objetivos:
·
Para que el estado recaude fondos
públicos para solventar sus gastos en educación, salud, seguridad, justicia,
administración del aparato estatal, etc.
·
Y como herramienta para redistribuir la
riqueza de una sociedad en forma más equitativa.
Existe
una “cultura” generada por el neoliberalismo, la misma ideología que llevó
al 70 % de la población del planeta a la miseria o a la pobreza, que
rechaza las políticas fiscales redistributivas, porque rechazan la intervención
del Estado en la economía, y porque los neoliberales en el fondo rechazan la
posibilidad de una sociedad más equitativa, ya que piensan que la “clase
alta” tiene que dominar a los demás para ser cada vez más rica, y que es
imprescindible la existencia de millones de pobres sometidos. Esta es la idea
central del neoliberalismo, que algunos políticos esconden, pero demuestran en
sus hechos y en su historia.
Dicha
cultura que rechaza la intervención del Estado en la economía, que propone
constantemente la baja del Gasto Público, nos ha querido convencer siempre de
que es malo pagar impuestos, de que los impuestos “se los roba el estado
ineficiente”.
Esto
es una gran falacia, ya que el estado no tiene por qué ser necesariamente
ineficiente, al contrario, puede ser mucho más eficiente que los privados, y a
diferencia de las empresas privadas, no tiene fines de lucro. La administración
del estado está para apuntar al bien común, y no de unos pocos.
Por lo tanto los
Impuestos son la fuente más genuina e imprescindible de financiación de los
gastos públicos, y el gasto público genera como
demostró J. Keynes aumento en la Demanda Agregada, mayor consumo, mayor
inversión, mayor producción, y más empleo.
Así
como el gasto público es un elemento fundamental para las políticas fiscales de
redistribución del ingreso, los impuestos son la otra cara de la misma moneda,
y es aquí donde surge un principio elemental que es el de EQUIDAD.
El sistema impositivo
debe ser progresivo para ser equitativo.
Esto significa, que quienes
tienen mayor capacidad contributiva, o sea quienes tienen mayores ingresos o
patrimonio, deben pagar más impuestos, les guste o no les guste. Los impuestos son una obligación legal
y moral para una sociedad que busca la equidad.
No
vamos a entrar en esta nota a detallar el funcionamiento del sistema impositivo
argentino ya que es un tema muy extenso, pero básicamente existen en todo el
mundo impuestos nacionales, provinciales y municipales.
·
Hay
impuestos que gravan los ingresos de los factores de la producción, como
el impuesto a las Ganancias.
·
Hay
impuesto que gravan el patrimonio, como el Impuesto sobre los Bienes
Personales.
·
Hay
impuestos que gravan el consumo, como el IVA (Impuesto al valor
Agregado).
Quizá
sea el Impuesto a las Ganancias el
MÁS EQUITATIVO y justo del mundo.
El
Impuesto a las Ganancias, que debería
llamarse Impuesto a los Altos Ingresos, se aplica sobre las rentas
generadas por la tierra, las ganancias de las empresas y personas físicas, y
los salarios más elevados de los trabajadores de mayores ingresos.
Los
porcentajes o alícuotas del Impuesto a las Ganancias en Argentina comienzan en
el 9 % para los ingresos más bajos, y llegan al 35 % para los ingresos más elevados.
Se
trata entonces de un impuesto PROGRESIVO. Eso lo hace justo desde el
punto de vista social.
Los
medios de comunicación neoliberales en Argentina han tratado hace poco tiempo
de atacar al actual gobierno por la aplicación del Impuesto a las Ganancias
sobre los salarios de los trabajadores de altos ingresos.
Hay
que aclarar entonces que sí corresponde que quienes tenemos ingresos elevados
en concepto de salarios por nuestro trabajo, también debemos aportar al fisco
para solventar el gasto público.
Esto
es así en la mayoría de los países del mundo.
Quizá
haya que cambiar el nombre del impuesto, y llamarlo Impuesto a los Altos
Ingresos. Y seguramente habrá que elevar el llamado “mínimo no imponible”.
El
“mínimo no imponible” y otras
deducciones, son cifras que lo hacen más progresivo, ya que los salarios más bajos NO PAGAN NADA DE IMPUESTO A LAS
GANANCIAS. Y los salarios “medios” de un trabajador casado con dos hijos, por ejemplo sobre un sueldo actual de $ 8.000
en Argentina o U$S 1.740 pagan cifras muy pequeñas, de alrededor de $ 90 por
mes, equivalentes a U$S 17 por mes. Cabe aclarar que en Argentina una familia tipo con ingresos mensuales por encima de los $ 3.000 está por encima del nivel de la pobreza aun para las consultoras privadas. Y el salario promedio de toda la economía argentina está en $ 5.500 (o U$S 1.195).
Son entonces los salarios que representan un alto poder adquisitivo los que más pagan.
Son entonces los salarios que representan un alto poder adquisitivo los que más pagan.
Nos
quisieron engañar desde los medios diciendo que el estado argentino le cobra
Impuesto a las Ganancias a los más pobres, y esto no es así.
Son
los salarios de ingresos más altos, los que deben contribuir en mayor proporción
a solventar el gasto público.
Por
último, como el tema es muy extenso, vamos a hacer una breve referencia al otro
impuesto importante a nivel nacional que es el IVA.
Este
impuesto no es progresivo, ya que grava el consumo de todos por igual.
Sin
embargo hay muchas exenciones, como productos alimenticios que no pagan el IVA,
o alícuotas reducidas, y debería hacerse una revisión integral del mismo, sin
caer en las propuestas de desfinanciar al estado.
Sólo
se puede reducir el IVA en la medida en que se encuentren otras formas de
financiamiento, como eliminar exenciones del impuesto a las Ganancias. Sería
interesante por ejemplo eliminar la exención del Impuesto a las Ganancias de la
llamada “renta financiera” (compra-venta de títulos públicos, acciones, etc).
Otra
herramienta interesante respecto del IVA
es el reintegro de una parte del mismo a quienes efectivicen sus pagos
con tarjetas de crédito o de débito.
Actualmente
en Argentina, cuando los consumos se pagan con tarjetas bancarias, el estado
reintegra (devuelve en su cuenta) al consumidor final parte del IVA pagado.
Esto
permite controlar por parte del Estado que las empresas no se queden con el IVA
recaudado, al estar bancarizadas las operaciones, y controlar la capacidad
contributiva de los ciudadanos. Y
arroja como resultado un IVA más bajo para el consumidor final.
En síntesis, lo que ocurre es que el neoliberalismo rechaza
toda intervención del estado en la economía, y considera que las regulaciones y
los controles son antidemocráticos o autoritarios.
Lejos de eso, los
controles y las regulaciones bien utilizadas por el estado son imprescindibles
para que unos pocos no se queden con la mayor parte de la riqueza generada por
la sociedad.
Un artículo de EXCELENCIA!!
ResponderEliminarComo siempre, mis FELICITACIONES, esto sirve para clarificar muchas cosas,
nunca más el neoliberalismo gobernando latinoamérica!!!
Adelante el proyecto nacional y popular!!!-.
Muchas gracias! Laura, es un honor que siempre leas mis notas, gracias por tus palabras, y ojalá toda latinoamérica consolide su proyecto nacional, popular y regional como decís!!
EliminarGenial y entendible como siempre Juan!!
ResponderEliminarDe acuerdo con todo lo que dices; el pago de impuestos debe ser equitativo. Lástima que muchos ricos que podrian ayudar con sus impuestos....se vayan a paraisos fiscales para poder evadir.
Abrazos!!
Totalmente de acuerdo Ana!!
EliminarMuchas gracias por seguir siempre el blog, valoro mucho tus comentarios!!
Abrazo!!
maravillosa tu nota y cada dia que pasa me motivas mas para seguir formandome y asi llegar aunque sea a ser un poco de lo excelente que sos como docente!!!
ResponderEliminarnunca dejes la docencia JUAN NACISTE PARA ELLA!!!!
GENIO :D
Muchas gracias por tus palabras Natalia.
EliminarEs un gran aliciente para un docente leer eso de un alumno futuro docente!!
Abrazo!!