PENSEMOS!
Transcurren días difíciles en el mundo y en Argentina.
Pero tengamos cuidado, y pensemos antes de juzgar, porque
las cosas fuera de contexto nos llevan a equivocadas conclusiones.
Hace días un terrible acto de terrorismo en Francia fue
tratado por los medios como si fuera “el más terrible”, cuando varios de los mismos
líderes “pacifistas” que marchaban contra el atentado financian el terrorismo
internacional cuando les conviene, e impulsan las guerras en el planeta.
Los grandes medios de comunicación del
mundo, los que “penetran” en la mente de la gente sólo nos muestran como terrorismo lo que pasó
en Francia, pero no consideran terrorismo lo que Estados Unidos, el país más
armamentista y asesino del mundo, hizo en otros países, no consideran terrorismo lo que sucede en Palestina a la hora de defender los intereses económicos y
geopolíticos en Israel, y tantos más.
En ese contexto de hipocresía mundial, el fiscal que “investigaba”
la causa por el atentado a la mutual de la colectividad judía en Argentina AMIA,
hecho terrorista acontecido en 1994, después de 20 años sin justicia, inventa,
si señores, INVENTA una descabellada acusación contra la Presidenta de la Nación
por supuesto encubrimiento de los supuestos responsables iraníes de dicho
atentado.
Para los que no lo saben, Cristina Kirchner fue quien
dentro del país y en foros internacionales movió cielo y tierra para intentar
que se esclarezca el atentado, incluso mucho antes de ser presidenta. Todos sus
actos y declaraciones constan en archivos desde 1994 a la fecha. Ha sido la
mayor defensora de la verdad y la justicia.
Hasta el mismo jefe de Interpol y el actual juez de la
causa AMIA consideraron descabellada (y tal vez ilegal en su forma) la denuncia
presentada intempestivamente por el fiscal Nisman.
Los medios de comunicación lo usaron con las mismas
intenciones destituyentes que desde 2008 tienen hacia el actual gobierno
argentino, difamando y calumniando.
Y ese es el punto central. El tema AMIA y la lamentable
muerte del fiscal Nisman deberán ser investigados como corresponde por la
Justicia, pero hay algo que desde que existe la Argentina y hasta hoy no nos
deja PENSAR a fondo, y nos lleva a juzgar en contra de nuestra vida democrática, que se
llama PODER REAL.
El poder real está formado por unas pocas familias que lo
fueron heredando desde el siglo XIX, como los Mitre, fundador del diario La Nación, diario que se
creó para amparar los intereses de la oligarquía nacional cómplice de los genocidios
internos y de los intereses extranjeros.
Hoy día La Nación, Clarín y sus
multiplicadores siguen representando y comunicando lo que les conviene que
pensemos (o no pensemos) al grupo de poderosos de la Sociedad Rural, de la
Unión Industrial y de la banca que no soportan que un gobierno progresista como el de Cristina Kirchner haya
tocado algunos de sus intereses con políticas fiscales y sociales que han
logrado mejorar la distribución de la riqueza en Argentina (respecto de 2002 y de la década neoliberal).
Ese poder económico concentrado real, esas corporaciones
que manejan los grandes medios de comunicación, compran jueces y jamás son
sometidas al voto popular, simplemente porque por herencia de genocidas son los
“dueños del país”, son los que una vez más están haciendo todo lo posible para
tirar abajo al actual gobierno y condicionar al próximo; condicionar, no dejar
gobernar para el pueblo, e instaurar una vez más el neoliberalismo en Argentina,
que nos llevó a la peor de las miserias.
Eso sí, en el capitalismo neoliberal, nunca hay
hambre ni miseria para los dueños del poder económico, los que pierden son los pobres.
Pensemos!