sábado, 29 de octubre de 2016

Argentina 2016: Regreso a lo peor del viejo conservadurismo liberal.

Argentina 2016:
Regreso a lo peor del viejo conservadurismo liberal.

En la nota de este blog del año pasado, antes de las elecciones nacionales 2015, advertíamos que si triunfaba la fórmula de “Cambiemos” íbamos a regresar a la etapa neoliberal de los 90, con un nuevo ciclo de endeudamiento externo, aumento de la pobreza y exclusión social.

Las cosas son aun peor de lo que pensábamos. El nuevo gobierno argentino no sólo es neoliberal, en el sentido de que le gustan las recetas del Consenso de Washington, la inserción en el mundo de manera dependiente de los Estados Unidos, el “libre comercio” que ya nadie practica en el planeta, y la desregulación de la economía a favor de los más ricos. Este gobierno es mucho peor que los neoliberales, es similar al conservadurismo rancio y viejo de los años 1890 a 1930 de la antigua Argentina.
El gobierno de Macri tiene un claro proyecto de país basado en el modelo agroexportador, que los estructuralistas latinoamericanos como Aldo Ferrer demostraron hace años que es viable sólo para un país chico de menos de 10 millones de habitantes. ¿Y los otros 32 millones?

Las primeras medidas del actual gobierno argentino fueron eliminar las retenciones a las exportaciones de granos y a la megaminería, junto con una devaluación del 55 % de la moneda nacional, para liberar el mal llamado “cepo cambiario”. Al mismo tiempo rebajaron impuestos a la riqueza y a bienes suntuarios, y permitieron el ingreso de productos industriales importados que se fabricaban en nuestro país. El tarifazo en los servicios no sirvió para reducir subsidios, sino para transferir más ganancia a empresarios ricos que nunca invirtieron.
El resultado a menos de un año de gobierno es un terrible aumento del desempleo, del 6 % a casi el 10 % actual (9,3 % en el trimestre anterior según el Indec y en aumento).
Las Pymes industriales están quebrando y el panorama futuro es negativo.
Se apostó a las inversiones extranjeras directas, y lo único que logramos es atraer inversiones golondrina especulativas por las altísimas tasas de interés de la Lebac emitidas por el Banco Central.

La economía cierra el 2016 en recesión, aun con alta inflación, y lo peor, se amplía la brecha entre los más pobres y los más ricos, es decir, con Macri, los ricos cada vez son más ricos, y los pobres más pobres. Se está desmantelando nuevamente el “estado de bienestar” reconstruido en el gobierno de los Kirchner, y la distribución del ingreso cada vez es más desigual.

En síntesis, Argentina, como otros países de Latinoamérica, se encuentra al finalizar 2016 en proceso de retroceso en cuanto a lo que habíamos progresado entre 2003 y 2015 en materia social, con un endeudamiento externo récord en la historia, con una fuga de capitales nunca antes vista en estas dimensiones, y sin nueva inversión ni pública ni privada.
Es más, es tan fuerte la recesión que no hace falta inversión…como decía Keynes ¿para qué van a  invertir los empresarios si no hay a quién venderle?
El pueblo argentino sufre las consecuencias del modelo neoliberal conservador de “Cambiemos”, mientras desde los medios dominantes de comunicación siguen envenenando cada día a los ciudadanos tratando de convencernos de que los males de hoy son consecuencia de lo “robado” en el gobierno anterior, sin poder probar nada, pero con un show de confusiones que logran que el oprimido vote y apoye al opresor. El opresor son las corporaciones económicas y las mafias judiciales hoy gerenciadas por Macri, su representante y títere.
Por este camino sólo cabe esperar más pobreza, exclusión social y sufrimiento. 
Debemos encontrar otra alternativa, una nacional, popular, industrial e inclusiva.