La Economía
Argentina de la Década Ganada.
No es intención de este artículo hacer
historia económica, pero para explicar por qué hablamos de la “década
ganada” cuando nos referimos al período 2003-2013, es necesario ver de
dónde partimos en el año 2003, y muy brevemente cómo podemos caracterizar a las
décadas anteriores.
Argentina allá por el año 1910, en el
primer centenario, era una potencia mundial en materia de exportación de
granos, la gran potencia mundial que tanto añoran los neoliberales. Era un país
que producía y exportaba productos primarios, que poseía fortunas en poder de
unos pocos terratenientes (la oligarquía nacional), y donde el 90 % de la
población vivía marginada en la miseria, sin ningún tipo de derechos sociales.
Tuvimos luego un primer gobierno
“popular”, el de Hipólito Yrigoyen, a quien derrocaron con un golpe de estado.
Entre 1930 y 1940 tuvimos la “´primera década infame”, en la cual
gobernaron los conservadores mediante el fraude electoral.
Recién en 1945 comienza en Argentina una
“etapa
de industrialización y estado de bienestar”, durante los dos primeros
gobiernos de Juan D. Perón. Esa fue la única etapa de industrialización de la
Argentina que no dependió de capitales extranjeros, y que fue acompañada de la
creación de una clase media trabajadora con amplios derechos sociales.
Hubo en la década del 60 una segunda
etapa de “industrialización por sustitución de importaciones”, pero
altamente dependiente de capitales extranjeros, que terminó en grandes
desequilibrios macroeconómicos.
Finalmente, con el golpe de estado
genocida de 1976 arrasaron con la “Industria Argentina” y con el “Estado de
Bienestar”.
El período 1976-1983 fue el más nefasto
de nuestra historia. Además del genocidio de la dictadura militar, se
implementó un programa económico neoliberal que terminó en la financiarización
de la economía y la herida de muerte a la industria nacional. Este fue el “período
del genocidio neoliberal”.
En 1983 asume el gobierno por elecciones
democráticas el Dr. Raúl Alfonsín, pero al poco tiempo cede a las presiones
económicas del Fondo Monetario Internacional, por lo que sus intenciones
progresistas, terminaron en lo que se llamó “la década perdida”.
Llegaba algo terrible para el país, un
gobierno que se decía peronista, asume en 1989, e implementa el plan económico
de la “convertibilidad”, con todas las recetas neoliberales del Consenso de
Washington, privatizaciones, apertura económica indiscriminada y
desindustrialización absoluta, generando un ejército de desocupados y gente en
la miseria. El período 1989-1999, fue “la segunda década infame”. El
gobierno menemista traicionó todos los principios del justicialismo, y terminó
de endeudar al país y de destruir la industria nacional.
En 2001-2002 la economía argentina
estalla, el país entra en default por no poder pagar la deuda externa, la
desocupación llega al 26 % y la pobreza al 56%. Dentro de ese 56 % de pobres,
el 27 % eran indigentes, es decir que en 2002 el 27 % de la población pasaba
hambre.
En mayo de 2003 comienza la “década
ganada” conducida por el Presidente Néstor Kirchner, a quien sucedió en
2007 nuestra actual Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Veamos por qué hablamos de la “década
ganada”, que también podría llamarse la “década de la reindustrialización
y de la vuelta del estado de bienestar”.
El gobierno de Néstor Kirchner partió de
los siguientes indicadores económicos:
1)
Déficit
fiscal crónico
2)
Caída
del PBI
3)
Déficit
en la cuenta corriente del balance de pagos
4)
Desocupación
del 26 %
5)
Pobreza
del 56 %
6)
Indigencia
del 27 % (este porcentaje está incluido en la medición de la pobreza)
7)
Industrias
cerradas.
8)
Alto
endeudamiento externo en dólares, sin reservas para pagar.
Entre 2003 y 2007, cambiando de raíz el
rumbo económico, todos esos indicadores se dieron vuelta para el bienestar de
la sociedad.
Se abandonó el sistema neoliberal, y se
aplicó un modelo económico de intervención del estado en la economía, regulando
lo que había que regular.
No se puede dejar todo librado al
“mercado”, porque el “mercado”, si no es regulado por el estado nacional,
termina siendo dominado por las corporaciones económicas que sólo buscan
maximizar sus beneficios y gobernar por sobre la política.
Néstor Kirchner colocó a la economía al
servicio de una política de crecimiento con inclusión social.
Se incentivó el comienzo de la
reindustrialización del país, lo cual generó aproximadamente 4.000.000 de
nuevos puestos de trabajo, cayendo la desocupación por debajo del 10 %.
Básicamente, al terminar el gobierno de
Néstor Kirchner, todos los indicadores antes mencionados habían cambiado
respecto del 2002-2003:
1)
De
tener déficit fiscal pasamos a tener superávit fiscal
2)
De
tener déficit en la cuenta corriente del Balance de Pagos, pasamos un superávit
que nos permitió acumular Reservas en el BCRA y desendeudarnos.
3)
Se
reestructuró la deuda externa, logrando una importante quita, ya que el
gobierno de Kirchner fue muy claro, y el mundo tuvo que entender que los
muertos no pagan sus deudas, y que si no nos dejaban crecer, no podíamos pagar.
Aun hoy seguimos pagando puntualmente los vencimientos de deuda heredados de
los gobiernos anteriores.
4)
EL
PBI creció a un promedio del 7 % anual, en gran parte empujado por la industria
y la construcción, pero todos los sectores se vieron beneficiados.
5)
El
crecimiento del PBI industrial hizo caer la tasa de desempleo por debajo del 10
%.
6)
Por
supuesto, también disminuyó la pobreza y la indigencia.
En el año 2007 resultó electa Presidenta
de la Nación la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, y reelecta en octubre de
2011.
Cristina tuvo que enfrentar dos graves
crisis económicas internacionales, una aun en pleno desarrollo, y los más
feroces ataques de las corporaciones económicas y grupos mediáticos
concentrados del país.
Sin embargo, el modelo se siguió
profundizando, con sólidos equilibrios que hoy nos permiten tener un país mucho
más justo, libre y soberano del punto en que partimos en 2003.
Algunas medidas económicas para destacar
de estos últimos años son:
1)
La
estatización del las AFJP, es decir la vuelta al sistema público, intergeneracional
y solidario de jubilaciones y pensiones.
2)
La
inclusión en el sistema jubilatorio de más de 2.000.000 de jubilados, la más
importante de América latina, con el 95 % de las personas en condiciones de
jubilarse, recibiendo esos beneficios.
3)
La
creación de la Asignación Universal por Hijo, mediante la cual todos y todas
los argentinos que se encuentran aun desempleados o tienen un trabajo no
registrado, perciben dicha asignación por cada hijo/a menor de edad, con la
obligación de cumplir con un calendario de vacunaciones, y matricular a los
niños, niñas y adolescentes en la escuela pública. Esto significó un gran
avance en materia de inclusión social y disminución de la indigencia.
4)
La
nacionalización de YPF, expropiando el 51 % de las acciones que estaban en
manos de Repsol. Ahora YPF es una Sociedad Anónima con participación estatal
mayoritaria, nuevamente al servicio del país, y con el objetivo a mediano plazo
del autoabastecimiento energético.
5)
La
regulación del comercio exterior. Ante la crisis económica mundial, muchos
países del mundo venden sus mercaderías a “precios de remate”. Nuestro gobierno
está administrando el comercio exterior, decidiendo qué importaciones se pueden
realizar y cuáles no, protegiendo así la industria nacional, el trabajo
argentino, y la Balanza Comercial, que sigue siendo superavitaria.
En síntesis, el período 2003-2013
constituye la “década ganada”, “la
Década de la Reindustrialización de la Argentina y del Regreso del Estado de
Bienestar”, porque:
·
Pasamos
de un paradigma neoliberal a un modelo de estado nacional y popular, donde la
economía se subordinó a la política, y la política constituye en el actual
gobierno una herramienta para mejorar la vida de los argentinos.
·
Se
implementó un proceso de reindustrialización por sustitución de importaciones,
que con éxito logró la apertura y ampliación de miles de fábricas, y la
generación de puestos de trabajo de calidad.
·
Se
negociaron libremente paritarias al alza para todos los trabajadores
registrados, aumentando el poder adquisitivo de los asalariados, aumentando
como consecuencia el consumo. Para los que aun no son trabajadores registrados
el estado los protegió con todo tipo de medidas sociales, como planes de
capacitación y reinserción laboral, y la mencionada Asignación Universal por
Hijo.
·
Hoy
nuestra deuda externa en dólares ya no es un impedimento para nuestro
desarrollo, ya que disminuyó y no asumimos nuevas deudas con ese sector.
·
Hoy la política económica nacional la decide
nuestro gobierno nacional, y no como en la década de los 90, las corporaciones
económicas.
·
Hemos
tenido crecimiento económico sostenido durante estos diez años, pero lo
fundamental, es que el crecimiento fue acompañado de redistribución de la riqueza, lo
que más les molesta a los neoliberales. Argentina tiene hoy el doble de PBI
real que en 2003, pero además ha mejorado en cuanto a equidad en la
distribución de los ingresos que genera ese crecimiento. Esto lo demuestra el
Índice de Gini, un número estadístico que se calcula en todos los países del
mundo, y que puede variar entre 0 (cero) y 1 (uno). El número 0 (cero)
indicaría perfecta equidad en la distribución de la riqueza, cosa que no existe
en ningún lugar del mundo. El número 1 (uno) indicaría absoluta desigualdad en
la distribución de la riqueza. O sea, cuanto más baje este índice, mejor. En
Argentina, en la década de los 90 este índice se encontraba en 0,50/0,51 según
la forma de calcularlo. Hoy se encuentra alrededor de 0,40. Es una disminución
muy importante, que muestra los resultados de este modelo de inclusión con
equidad.
Resta aun un largo camino para que en
Argentina no haga falta más la Asignación Universal por Hijo, para que no haya
más pobreza, y sobre todo para seguir construyendo algo que recién empieza, que
es la “Patria Grande” Latinoamericana, con un modelo de desarrollo sostenible
con equidad.
De lo que no cabe duda, es que líderes
latinoamericanos como Néstor Kirchner sentaron las bases de una economía con
rostro humano, lejos del modelo neoliberal que hoy lleva a la exclusión a
muchos ciudadanos del mundo como en Europa.
Las materias pendientes son muchas:
·
Argentina
necesita profundizar la reindustrialización, cambiando la estructura
productiva, para no tener tal alta dependencia de insumos de capital
importados. Cambiar esa matriz productiva lleva décadas, ya que partimos de una
matriz de exportación de productos primarios desde la fundación de la nación.
Pero el cambio es imprescindible, ya que la soberanía alimentaria también
depende de ello. Dejar de tener alta dependencia de insumos industriales
importados, implicaría mayor independencia de las corporaciones internacionales
para decidir qué alimentos producir, cómo producirlos, y qué excedentes
exportar. Finalmente este camino conduce al desarrollo sustentable y a la reducción
de la pobreza.
·
Tenemos
también pendiente de solución el problema de la inflación, una inflación que no
está producida por razones monetarias como argumentan los neoliberales, sino
que está generada por una puja distributiva, en la cual los grandes oligopolios
acrecientan sus ganancias a medida que suben los salarios de los trabajadores,
vía aumentos de precios. Mientras recorremos el largo camino de cambiar la
matriz productiva del país, un Estado activo y regulador es imprescindible para
bajar las tendencias inflacionarias.
La transformación económica de estos
últimos diez años debe seguir en marcha, porque son muchos los argentinos que
con trabajo hoy viven en un país mejor, y muchos los que tenemos la convicción
de que este es el modelo que debemos profundizar para seguir mejorando, con un
Estado activo, y gerenciador de la economía.
Juan Gavassi
(Cdor. Público- Profesor de Economía)